miércoles, 1 de mayo de 2013



MARIA BARBANCHO
 
 
 
 
Por tus palabras te conocerán y por tus silencios te admirarán




 
EVA´S  de la A a la Z      




Eva’s

BRISA PRIMAVERAL

 
Ilustración de Art'disoni Silvia

 
Ya es primavera, ya es abril… Sólo hay que correr las cortinas y abrir las ventanas para respirarla y sentirla en tu piel… Para admirar el crisol de colores con los que siempre viene vestida y la variedad de aromas con los que perfuma nuestras vidas… Ya es abril y la primavera ya está aquí… Es el mes más hermoso del año, al menos, el más hermoso para mí, el mes en el que cambió mi vida, el mes en el que tú, mi niña, naciste y ese día fue, el 23 de abril, el día de las rosas, el día de las flores, el día del amor… El mes que llegaste al mundo, un mundo que me hubiera gustado ofrecerte más hermoso, más justo, menos malo… Aunque desde tu llegada, ese mundo es mucho mejor. No importa si es invierno o verano, si llueve o hace sol, si es de noche o de día, sólo he de mirarte un instante niña mía, para sentir el olor de la primavera y ver los colores del mes de abril. Sólo me basta mirarte mi niña, para que los grises de mi vida se tiñan de un hermoso azul añil. Porque tú eres como una brisa primaveral, libre y cálida. Y cada vez que te miro, sigo asombrándome de que yo haya sido capaz de crear algo tan hermoso, que algo tan bello forme parte de mí. Pero también, me entran todos los miedos, cuando pienso que he podido equivocarme, que no he sido, que no soy la madre que te mereces, que a lo mejor y sin pretenderlo te he arrastrado con mis errores, que posiblemente, eres merecedora de mucho más. Suerte la mía, pues esos miedos desaparecen cuando tus ojos, esos ojos azules que son dos trocitos de cielo se encuentran con los míos, me regalas esa hermosa y fresca sonrisa que ilumina tu lindo y perfecto rostro, y te acercas a mí para envolverme entre tus brazos y besarme en la mejilla, y es que sólo entonces, sé que no lo he hecho tan mal, que no soy la madre perfecta, pero sí, la madre que más te ama, la madre a la que al nacer tú, le diste la vida a ella. La madre que a medida que te enseñaba a leer las páginas de la vida, más que enseñarte, aprendía de ti. La madre que hoy, cuando cumples 18 años, se siente la madre más orgullosa y feliz. La madre que no importa la distancia siempre estará ahí, para lo que sea, para lo que necesites de mí… Porque aunque ya eres mayor de edad y como espíritu libre que eres, sé que algún día volarás, dejarás el nido para crear el tuyo propio, para mí, serás siempre mi niña, mi pequeña.

Hoy cumples 18 años. Hoy te miro y aunque me resisto a ello, ya no veo a una niña, veo a una mujer. Hoy cumples 18 años, mi niña y hoy he sentido, que aunque sin tú quererlo, ya te he empezado a perder. Tú me dices que eso no es cierto, que no diga tonterías, que tú jamás me dejarás de querer. ¡Oh! Niña mía, eso, también lo sé. Pero has de seguir el curso de la vida y has de hacerlo sin mi mano sujetando la tuya, tan sólo asiéndola de vez en cuando para que no te desvíes por la senda equivocada, por aquella que pueda causarte alguna desdicha. Seguiré siendo tu guía, tu faro en la lejanía, pero navegarás sola, o con aquellos y aquellas a los que tú desees como compañía para esa travesía. Y yo, te dejaré volar, navegar, descubrir las mieles y las amarguras de la vida, pendiente siempre de ti, con los brazos abiertos para cuando necesites sentirte de nuevo una niña y con mis besos dispuestos a secar tus lágrimas de dolor que son espinas para mi corazón. Ya te lo he dicho antes y te lo repito ahora, siempre estaré ahí, mi niña, siempre para ti. A cambio, sólo te pido una cosa, que cuando mis pasos no sean tan rápidos, ni mi pulso tan firme, ni mi piel tan tersa, ni mi cabeza tan lúcida, seas tú la que me guíe a mí en esos últimos tramos del camino de mi vida y que te conviertas mi faro en la lejanía. Y cuando ya sea muy viejita, que de vez en cuando, me regales tu tiempo y tu compañía.

Hoy cumples 18 años, Aroa. Hoy cumples 18 años, mi niña. Hoy te escribo esta carta que espero leas algún día. 



Autora: Maria Barbancho
Ilustraciones:Art'disoni Silvia
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