No es lo mismo imaginar una situación que vivirla. Sabía que ayer iba a ser una tarde muy especial para mi. Día 7 de junio, de 19.30 a 21.00h. Mi primera firma en la feria del libro de Madrid. Pasé todo el día deseando que llegase esa hora, tragándome unos nervios que se envolvían con la ilusión y emoción que el momento requería. Días antes un escritor, Geral Aci, autor de El embargo, entre otros libros, (editorial Crealite 2012), me comentó que la presentación o firma de un libro se asemejaba a una boda. Hay un protagonista, una novia y todos van su encuentro. Y tenía razón. El día comenzó con sesión de peluquería. Mario Marquina, dueño de la peluquería Ros's de Móstoles, me mimó durante el tiempo que estuvo peinándome y consiguió que quedase totalmente satisfecha con su trabajo. Gracias Mario.
Y sorteando a la gente y tropezando gracias a mis tacones, llegué a la caseta 44. Coincidí con Vibiana Zambrano, que firmaba también su nuevo libro, " Seré la huella". Unas palabras para conocernos. Nos desearnos suerte y prometimos dar nuestra opinión al leer nuestras respectivas obras.
Y me senté. Era mi momento. Una buena colocación en la silla, mis libros delante, un bolígrafo prestado, los nervios a mi lado y mucha gente mirándome.
Dos grandes amigas. Silvia Art'disoni y Nuria S. Salvador. |
Poco a poco fueron acercándose a mi lado, con prudencia, despacito, encontrando su hueco, con mi libro en sus manos y con la ilusión de que se lo firmase.
Y yo con mis nervios, que fueron desapareciendo de la caseta y me dejaron una sonrisa que nunca se borrará.
Gracias a mi familia, a mis amigos y gente que pasaba por allí y dedicó unos minutos a observar y a adquirir "Paseando por las letras".
Gracias a Javier Lillo y a su familia por estar a mi lado en este especial momento. Gracias Javier por estar siempre conmigo y porque "Paseando por las letras" tiene mucho de ti.
Gracias a Ignacio Valbuena, por encontrar un hueco y acompañarme un ratito.
Y a Henar, Luis, Pablo, Matilde Párraga (mi fiel crítica semanal de mis relatos), Lucky, Paco... Y muchos más que no estuvieron físicamente, pero que siempre están a mi lado.
Gracias a todos por creer en mi, y por hacerme pasar una tarde tan mágica e irrepetible.
Marisa Garrido
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